vencer a cinco jinetes 0 mas que carezcan de este adiestramiento, y no se . quismo; cuentan as! mismo con insignes tratadistas, pero la prohibicion de to- .. da de un halo de romanticismo y es considerado, con justicia, el reiniciador del . las reglas clasicas del toreo a caballo, toreo siempre con verdad y hacia las suer. Cuando a la cencerrada propiamente dicha se le añaden efectos teatrales o informados de la persona o personas que transgredieren esta prohibición, luego al El Código Penal de impone multas de cinco a veinticinco pesetas y la . del partido de Granadilla no se aconsejan esta clase de emparejamientos. 5. Estereotipos y atributos de género en la ficción seriada televisiva actual . se vinculan las reglas de los sentimientos, el manejo de las emociones, elegir tu pareja (homosexualidad, emparejamientos mixtos, personas de .. prohibición de trabajar, cuidar la familia y “movilidad” con respecto a las aspiraciones. Elija la sucursal de retiro. DNI y tarjeta con la que realizó el pago ambos en original. Costo del servicio de entrega a domicilio y casos de imposibilidad de entrega. Tipo de comprobantes a emitir. En caso de no recibirla, contactarse al Centro de Atención al Cliente al teléfono para corroborar un posible error en la carga del e-mail en el pedido. Operatividad y Seguridad del Sitio. Asimismo, se compromete a no involucrarse en ninguna actividad reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos interfiera o que interrumpa o que tuviere entidad suficiente para interferir o interrumpir la prestación de los Servicios del Sitio o los servidores y redes conectados al mismo. Las violaciones de la seguridad del sistema o de la red pueden dar lugar a responsabilidad civil o penal. Contraseñas y seguridad de la cuenta del Usuario. Los datos personales del Usuario se toman con los fines de cumplir con el giro comercial de Compumundo, realizar acciones de marketing y publicidad. 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El aeronauta siguió un rumbo hacia el Bois de Boulogne a una altura de casi metros antes de que el ingenio comenzara a perder rigidez y se viera obligado a aterrizar. Su inventor, un caballero francés, lo llama Barómetro Aneroide. Tiene la culpa la falta de una cartografía precisa de esas costas. Aunque Florida pertenece a Estados Unidos desde hace veintisiete años, no se ha levantado una carto- grafía original americana de costas tan peligrosas. Control cerebral de las funciones motrices Hay cosas que no cambian nunca. Hacía casi 30 años que se venía investigando la fusión. La ig- nición sólo se había conseguido en la bomba de hidrógeno. Nos reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos a ello entonces, y nos induce ahora, el conocimiento de que bastaba un dedal de hidrógeno pesado líquido para producir la ener- gía de 20 toneladas de carbón. Los investigadores llevan casi 50 años en busca del tesoro escondido de la fusión. Un porcentaje muy pequeño de la energía empleada en el encendido del dispositivo escapa a la superficie del agua en forma de grandes descargas eléctricas. El fenómeno dura microsegundos. En la bomba de hidrógeno tenemos la prueba de la posibilidad real de la producción artificial de la fusión. El detonante es en ella la explosión de fisión atómica, que calienta y comprime la vasija del combustible y provoca con ello la ignición y la combustión nuclear del hidrógeno encerrado. La compresión debe hacerse con una simetría casi perfecta, para que el hidrógeno se aplaste uniformemente hasta hacerse muy denso. En los primeros decenios de la investigación sobre control de la fu- sión, parecía remota la perspectiva de crear reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos versión de la bomba H a escala de laboratorio. Por eso se adoptó el reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos del confinamiento magnético. Así se logró, enla fusión de deuterio y tritio, primero en el Toro Europeo Conjunto y luego en el Reactor de Fusión de Prueba Tokamak de la Universidad de Princeton. A principios de los años setenta, investigadores de tres laborato- rios nacionales, a saber, Los Alamos, Lawrence en Livermore y Sandia, consideraron otra forma de abordar la fusión. En el confinamiento inercial, del que es un ejemplo la bomba H, se usa la radiación para comprimir la carga de combustible de hidró- geno. Para llegar a la ignición se requiere, lo sabemos ahora, una potencia mu- cho mayor de lo que se pensaba. Haciala necesaria se estimaba ya en un millón de joules aplicados en 10 nanosegundos sobre el exterior de una carga de combustible del tamaño de un grano de pimienta, es decir, terawatts de potencia; cifra ésta que equivale al consumo de electricidad de media docena de casas en varias horas pero en una fracción de segundo. Para satisfacer esa demanda, desde nuestro labora- torio de Sandia y desde la Unión Soviética se empezó a trabajar con una técnica novedosa, la de pulsos de potencia, también llamada poten- cia pulsante. Grupo 5 (G5) formado por 8 personas que trabajan en organizaciones juveniles bilbaínas de . auténtica “desobediencia civil” a la prohibición de fumar. . situaciones de abuso de sustancias sin conocer sus efectos y consecuencias: .. el emparejamiento) con los que acuden a determinado tipo de locales (y algunos. ca, en Montevideo, los días 4 y 5 de noviembre de , que lleva el mismo título que . hacia aquellas reglas que reducen sus autonomías sin contraparti- e instrumentos nuevos que aborden los efectos de la integración, tan- la pérdida de competitividad puede provocar un emparejamiento hacia. sitios web de citas en internet sudafricanos Estos destellos de energía electromagnética se convierten en intensos pulsos de partículas cargadas o se los utiliza para mover otros dispositivos. A mediados del decenio, la Unión Soviética, el Reino Unido y Esta- dos Unidos con el apoyo de los departamentos de energía y defensa mejoraron sus prestaciones. Pero el rendimiento energético alcanzado se quedaba muy corto, y se la descartó en la carrera hacia la fusión. Se la reservó para simular en el laboratorio los efectos de la radiación en los componentes de las armas. En Sandia, bajo mi dirección, en otros laboratorios nacionales y en el Instituto Kurchatov de la Unión Soviética, bajo la de Leonid Rudakov, se acometieron en programas de fusión por confinamiento iner- cial subvencionados. Esas simulaciones nos revelan que, para la ignición del combustible, se requieren unos 3. La secuencia va de izquierda a derecha, a intervalos de tres nanose- gundos. Pero nuestra per- severancia acabó recompensada. Confiamos en obtener una fusión de alto rendimiento con unos impulsos de radiación de terawatts. Empezamos con los haces de electrones en los años setenta; en los ochenta nos pasamos a los de iones, que debían calentar un blanco hasta una temperatura muy alta. Pero cuesta guiar las partí- culas cargadas y concentrarlas en haces muy estrechos. Los rayos X ofrecen, en principio, un atractivo mejor: En su inicio, con la pinza Z se quería poner en marcha la fusión haciendo pasar corriente eléctrica a través de gas de deuterio. Pero se vio que esta técnica no podía comprimir un plasma uniformemente: Durante 30 años, la investigación sobre las pinzas Z en Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Soviética se centró en optimizar esa producción de rayos X de menos de un kiloelectronvolt, que se usaban para poner a prueba la reacción de materiales y dispositivos electrónicos ante la radiación emitida por armas nucleares. La pinza Z ha ganado ahora nueva vida, esta vez como medio para iniciar la fusión inercial. Ha ganado merecida fama en el campo de los haces intensos de partículas, fusión por confinamiento inercial y técnicas para la defensa estratégica. La inestabilidad que aqueja a la pinza es la misma que hace que una capa de vinagre vertida cuidadosa- mente sobre aceite, menos denso, caiga sin regularidad en el fondo del tarro. Esa inestabilidad es buena para las ensaladas cuando se agita el tarro, mas para la consecución de la fusión es un inconveniente. El salto decisivo se dio en Sanford, con muchos hilos de aluminio, y luego Christo- pher Deeney y Rick B. Spielman, con filamentos de tungsteno, lograron en Sandia la uniformidad que se necesitaba. Las pinzas Z de muchos hilos se idearon a finales de los años setenta para elevar, de uno a cinco kiloelectronvolts, la producción de energía de los rayos X. Ocurrió ello en Physics International, una empresa privada interesada en la generación de rayos X como fuente de estudio de la radiación. Pero los aceleradores de baja corriente disponibles por entonces no podían suministrar la energía eléctrica sufi- reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos para producir la implosión de una multitud de filamentos. Tras los experimentos deBarry M. Marder, de Sandia, sugirió que la clave era poder dis- poner de hilos distribuidos de suerte tal que, cuando explotasen al paso de la corriente, se fundiesen entre sí y se creara una capa cilíndrica de plasma, casi uniforme y en implo- sión. Esta gavilla de avances espectacu- lares empezó a cosecharse hace tres años en el acelerador Saturno, de 10 millones de ampères, instalado en Sandia. Aumentamos la potencia de los rayos X un 45 por ciento, hasta terawatts, con una serie de experi- mentos que empezamos en noviembre de y en los que colocamos un doble enrejado de hilos. La corriente evapora la jaula exterior; el campo magnético empuja el material vapo- rizado hacia dentro. Semejante geometría de doble jaula ha produ- cido una temperatura de radiación de 1,8 millones de grados. Los impulsos eléctricos de los 36 módulos pasan a una sección, aislada con agua, de condensadores de almacenamiento intermedios, donde se los comprime a una duración de nanose- gundos. Se necesitaron 40 años para obtener 40 terawatts de potencia de rayos X con una pinza Z. Estos experimentos de laboratorio, y la producción de la fusión que un dispositivo con una corriente superior ofrecería, forman parte del programa norteamericano de gestión de armas nucleares, cuyo objetivo es garantizar la seguridad y fiabilidad de ese arsenal. Admiten incluso aplicaciones as- trofísicas. La producción de luz de un tipo de estrella pulsante, las cefeidas variables, se conoce mejor ahora gracias a los datos obtenidos en por Paul T. Springer, del Lawrence en Livermore, en expe- rimentos que realizó con la pinza Z en el acelerador Saturno. Cabe esperar que otros datos vayan despe- jando el misterio de las supernovas. Por lo que atañe a su calidad de fuente de rayos X, reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos la pena destacar la eficacia y capacidad reproductora de la pinza Reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos. En su repetición los experimentos arrojan las mismas magnitudes de potencia y energía de rayos X, aun cuando no podamos predecir con detalle qué es lo que pasa. Sí podemos, en cambio, prever la escala: Y como la teoría nos faculta para esperar en una radiación térmica, la temperatura de la pinza aumenta con la raíz cuadrada de la corriente. Si seme- jante comportamiento físico persiste, con otro incremento de la corriente en un factor de tres —hasta los 60 millones de ampères— llegaríamos a la energía, potencia y temperatura necesarias para provocar la fusión y obtener el alto rendimiento. De entrada, determinar si podemos embutir una corriente tres veces mayor en el mismo contene- dor. El frente de ondas del hidró- geno en fusión se expande hacia fuera y se enfría hasta que la fusión cesa. En el acelerador X-1 propuesto, la culminación sería la implosión, en unos 10 nanosegundos, de una carga de combustible del tamaño de un grano de pimienta hasta que su tamaño se redujese al del punto final de esta frase. En los experimentos que John L. Otro paso importante es la elabo- ración de modelos predictivos que calibren la compleja física del proceso. En hemos estado haciendo 1,8 billones de operaciones de coma flotante multiplicaciones o divisiones por segundo teraflops con el ordenador Janus. En Sandia se piensa ya en la etapa siguiente. Es pronto para hablar de costes, pero se barajan los millones de dólares. Z podría conseguir las condiciones necesarias para la fusión, la Insta- lación debería lograr la ignición y X-1, construida teniendo en cuenta lo que ésta enseñe, debería lograr el alto rendimiento. De ninguno de los tres experimentos se espera, sin embargo, que proporcione una fuente comercial de energía eléctrica. Pyle en Physical Review, vol. Smirnov en Plasma Physics and Controlled Fusion, vol. Keith Matzen en Physics of Plasmas, vol. Para la fabricación de fertilizantes nitroge- nados se requiere en general energía derivada del petróleo. Por otro lado, su uso indiscriminado ha ocasionado graves problemas de contaminación, ya que no todo el fertilizante que se aplica lo aprovecha la planta; en una cuantía importante acaba en lagos y lagunas. La fijación biológica de nitrógeno es la opción alternativa y natural de la fertilización química. Entre las especies fijadoras de ni- trógeno hay cianobacterias Anabena y Nostoc, por ejemploarque- obacterias Methanococcusbacte- rias grampositivas así, Frankia y Clostridiumenterobacterias Kleb- siella y otras proteobacterias Rhizobium, Azospirillum y Aceto- bacter, entre varias. Si se suspendiera el proceso de fijación, todo el nitrógeno retenido en la biomasa regresaría a la atmósfera en años. De poder fijar nitrógeno, el hombre no necesitaría ingerir proteínas. Pero la ambición de los científicos no es que el hombre fije nitrógeno, sino que los cultivos altamente extractivos de nutrientes del suelo puedan prescindir del uso de fertilizantes mediante la fijación biológica de nitrógeno. En la naturaleza ya existen plan- tas que aprovechan la fijación de nitrógeno realizada por bacterias que se asocian con los vegetales. Ocho familias de plantas emparentadas en- tre sí gozan de la capacidad para asociarse en simbiosis con bacterias Cepas mejoradas de Rhizobium Con el fin de alcanzar mayor rendimiento en la fijación biológica del nitrógeno, se investigan las posibilidades de modificación genética de las bacterias involucradas. Se trata de la especie Rhizobium etli, en una fotografía tomada a la izquierda con el microscopio de barrido y, a la derechacon el microscopio electrónico de transmisión. Las plantas en cuestión alojan a las bacterias en estructuras especiales que se forman en sus raíces; en los nódulos, nom- bre de esas estructuras, las bacterias fijan el nitrógeno. Individuos de los géneros Rhizobium, Bradyrhizobium y Azorhi- zobium penetran en las raíces y a veces en los tallos de las legumi- nosas, mientras que Frankia y otros actinomicetos son las responsables de la fijación de nitrógeno en Casuarina y otras especies. Se admite que deben tamaño éxito adaptativo a su capacidad para fijar nitrógeno, lo que les permite colonizar suelos pobres en nutrientes. Todas ellas fijan nitrógeno atmosférico al establecer simbiosis con Rhizobium y otros géneros emparentados. Por eso se sospecha que debe de haber una cifra elevada de especies de estas bacterias por describir. En China, por ejemplo, hay una gran diversidad de bacterias capaces de nodular en la soja, pues ésta es originaria de Asia; mientras que en México no hay simbiontes de soja y sí una extensa variedad de Rhizobium simbiontes de fríjol, ya que éste es nativo de la región. El estudio de las poblaciones de bacterias fijadoras de nitrógeno de fríjol de México y de Sudamérica nos reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos a proponer dos nuevas especies de Rhizobium. A una de ellas la llamamos R. Dentro de una misma especie de Rhizobium observamos un grado de diversidad amplísimo. Proporcional- mente, la disparidad entre bacterias pudiera compararse con la distancia que separa al hombre de la gallina. La investigación de campo realizada en Nueva Zelanda sugiere un mo- delo explicativo sobre cómo pudo aumentar la diversidad de especies de Rhizobium. Han publicado numerosos trabajos sobre ecología, genética y fisiología de la fijación simbiótica de nitrógeno. El resultado fue toda una sorpresa: La información genética para la simbiosis con Lotus se había transferido de la bacteria inoculada a distintas bacterias existentes en ese suelo. De ese modo se reclutaron nuevos tipos de Mesorhizobium con capacidad para nodular Lotus. Por nuestra parte, hemos com- probado que, en suelos de México, las R. Creemos que esa capa- cidad puede, en condiciones natura- les, transferirse entre estas bacterias. Por otro lado, la diversidad genética bacteriana tendría que ver con la manifiesta habilidad para sobrevivir y adaptarse a distintas condiciones de suelo y clima, así como para aco- plarse a las variaciones que también existen dentro de las plantas de una misma especie. Gracias a la diversidad intraes- pecífica que ofrecen Rhizobium y Bradyrhizobium se ha dispuesto de un acervo valioso para seleccionar las mejores cepas. Se han logrado así linajes óptimos para la fijación del nitrógeno, en cuanto han colonizado campos de cultivo. En Brasil no hay simbiontes natura- les de soja, por eso, la inoculación de bacterias del género Bradyrhizobium permitió el aprovechamiento de la fijación de nitrógeno en los cultivos de soja cuando éste se introdujo en ese país. En México, por el contrario, los experimentos de inoculación del fríjol han sido poco exitosos debido a un problema espinoso. La población nativa de Rhizobium etli, extensa, diversa y altamente competitiva, impide que las cepas introducidas como inoculante formen nódulos. Para resolver esta dificultad, varios grupos de distintos países, incluido el nuestro, abordaron el estudio de la competencia de Rhizobium para crear nódulos. En nuestro caso, la construcción de cepas híbridas, quimeras que obtuvimos entre las dos especies de Rhizobium simbiontes de fríjol, nos proporcionó bacterias con re- doblada capacidad de nodulación y de competencia en plantas de fríjol. Se ha visto que las cepas de Rhizobium que producen antibióti- cos por ejemplo trifolitoxina van ocupando el terreno de las incapaces de sintetizarlos. En otra línea de trabajo se modificaron genéticamente plantas de alfalfa para que produjeran nutrientes idóneos para las cepas que participan en la nodulación. En la cota inferior se halla el fríjol, una de las legu- minosas reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos menor capacidad para fijar nitrógeno. Los trabajos realizados por otros investigadores en el Centro de Investigación sobre Fijación del Nitrógeno mostraron que las cepas de R. De nues- tras investigaciones sobre el meta- bolismo del carbono y del nitrógeno en Rhizobium, se desprendió que las cepas de R. Dentro de esa línea de trabajo hemos proyectado un programa para mejorar la simbiosis de Rhizobium etli y especies con ella emparentadas que infectan fríjol. Se han caracte- rizado cepas indígenas de Centro 1 2 3 3. Los compuestos 1 que excretan las plantas por sus raíces los reconoce el Rhizobium correspondiente; en respuesta, los bacteroides producen 2 factores Nod que estimulan en la planta el desarrollo de nódulos 3en los que se albergan las bacterias que fijan nitrógeno. Ha comenzado la fase de ensayo en campos de cultivo. Se han inoculado plantaciones de fríjol. De modo paralelo, en el laboratorio in- vestigamos hasta qué punto la elevada capacidad de fijación de nitrógeno depende de la regulación de los genes estructurales de la nitroge- nasa. A propósito de estos genes estructurales que cifran la enzima nitrogenasa, hemos descubierto ya que una de las tres reiteraciones de R. En el laboratorio hemos añadido el promotor fuerte de nifH a los genes estructurales de la nitroge- nasa nifHDK al objeto de que ahora su transcripción sea óptima. Cuando esta reiteración modificada se introduce a R. Aunque se han producido avan- ces importantes en el desciframiento de la interacción planta-Rhizobium, seguimos sin conocer el repertorio completo de los genes bacterianos y vegetales involucrados en el pro- ceso. El proceso interactivo se inicia desde el despertar del Rhizobium dormido o en estado latente en el que se encuentra en el suelo. A ello hemos de añadir ciertas vita- minas, la biotina en particular. Los Rhizobia son atraídos mediante quimiotaxis a algunos de estos compuestos y a otros de tipo flavonoide. Las leguminosas varían de acuerdo con los diferentes tipos de flavonoi- des que excretan. En respuesta a los flavonoides, las bacterias producen factores Nod de nodulaciónunos compuestos de es- tructura novedosa. Los factores Nod purificados in- ducen la formación de nódu- los en las raíces en ausencia de las bacterias. Las modificaciones químicas operadas en los factores Nod se han asociado con la nodulación selectiva de leguminosas. Por ejemplo, un sulfato unido en uno de los extremos de la molécula Nod y un lípido especial en el otro son requisito para que ésta promueva la no- dulación de la alfalfa. En nuestro laboratorio hemos caracterizado la es- tructura de los factores Nod de R. Y comprobamos que, si bien ambas especies pueden nodu- lar fríjol, producen factores Nod distintos. ![]() Tras descubrirse los factores Nod en Rhizobium, otros compuestos semejantes pa- recen actuar durante la em- briogénesis de la zanahoria y durante el desarrollo de peces. Este proceso resulta costoso en energía y poder reductor que se genera en la bacteria mediante el ciclo de Krebs. En unos casos esos factores inducen la división de células vege- tales y la producción de proteínas específicas de nódulos; en otros, promueven la formación de un hilo de infección que es la vía normal de acceso de la bacteria al interior de la raíz. En el hilo de infección se requiere la división celular de las bacterias y la integridad de su estructura externa. Si la bacteria no crece con la debida celeridad o no corresponde al simbionte específico, se detiene la simbiosis. Se cree que la planta en este caso desconoce al simbionte y, al tomarlo como pató- geno, responde con sus mecanismos de defensa reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos. Una vez en el interior del nódulo, la bacteria se diferencia en una forma llamada bacteroide y deja de dividirse. Se establece entonces una íntima relación metabólica entre la planta y la bacteria, por la que la planta suministra compuestos deri- vados de la fotosíntesis a cambio del amonio producto de la fijación de nitrógeno. El oxígeno contenido en concentraciones limitadas dentro del nódulo constituye una importante señal de diferenciación de la bac- teria; se le supone responsable de la expresión de las nitrogenasas, las enzimas de la fijación de nitrógeno. En condiciones casi anóxicas, el Rhizobium no puede fijar nitrógeno en vida libre; ello mueve a pensar que se requieren otras señales de la planta para que el Rhizobium fije nitrógeno dentro del nódulo. Una mayor expresión de un gen que regula la transcripción de los genes de nitrogenasa también mejora la fijación de nitrógeno de R. De esa misma bioingeniería genética se ha beneficiado R. La simbiosis de Rhizobium con plantas leguminosas, en especial con alfalfa, se ha convertido en modelo para otros dominios de la biología. En este tipo de asociación no se forman nódulos, sino que las bacterias viven dentro de los tallos, hojas y raíces. Por eso se les ha llamado endófitas. De acuerdo con nuestras investi- gaciones, Acetobacter diazotrophicus podría ser la bacteria fijadora prin- cipal de reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos caña. Hemos descubierto que el fertilizante químico disminuye las poblaciones de A. En el CIFN se han encontrado nuevas bacterias fijadoras de nitrógeno del género Acetobacter dentro del café. Los fijadores endófitos representan uno de los caminos para exten- der la fijación de nitrógeno a plantas no leguminosas de interés agrícola. Aprovechando esa posibilidad, hemos construido cepas quiméricas o híbridas entre especies con mayor capacidad para nodular. La compu- tadora de que nos valemos para leer estas palabras se parece muy poco a un ordenador personal. Tal vez nuestra forma de concebir la computación sea demasiado restringida. Halo 5: Guardians Angry ReviewEsta es la historia de la computación con ADN. Mi participación en la misma reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos de Hasta en- tonces no había puesto los pies en un laboratorio de biología molecular. Por desdicha, tuve muy poco éxito en comunicar mis ideas a los expertos en el tema. De ahí lo del laboratorio de biología molecular. En él, guiado por Nickolas Chelyapov que reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos ahora jefe científico de mi propio laboratoriocomencé a estudiar los métodos de la biología moderna. Estaba creando con mis propias manos moléculas de ADN que no existían en la naturaleza. Y las estaba introduciendo en bacterias, donde impartían instrucciones de mon- taje para la producción de proteínas capaces de alterar la naturaleza misma del organismo. Durante este período de apren- dizaje intenso cayó en mis manos Biología Molecular del Gen, uno de cuyos autores es James D. Watson, que compartió el Nobel con Francis Crick. El concepto que yo tenía de la biología cambió de repente. La biología consistía ahora en el estudio de la información alma- cenada en ADN —ristras de cuatro letras, A, T, G y C, símbolos de las bases adenina, timina, guanina y citosina— y de las transformaciones que esa información experimenta en el interior de la célula. Cierta noche, leyendo el texto de Watson, llegué a la descripción de la ADN polimerasa. Es la reina de las enzimas, la creadora de vida. Reflexionando sobre esta enzima maravillosa, descubrí sorpren- dido su semejanza con un trabajo de Alan M. Por eso debía ser sumamente simple; Turing lo logró con brillantez. La semejanza con la ADN polimerasa era clamorosa. Pese a su sencillez, cabe programarla para que compute todo cuanto sea computable. Una idea muy parecida había sido propuesta unos diez años antes por Charles H. Bennet y Rolf Lan- 1. Lo cual nos lleva a una confe- sión. Los biotecnólogos somos una comunidad de ladrones. Robamos de la célula. En el caso ilustrado se va directamente desde Barcelona hasta Zaragoza, pero no en sentido contrario. Se trata de determinar si existe un camino que parta de una ciudad inicial Valenciaconcluya en la ciudad final Zaragoza y visite exactamente una vez cada una de las ciudades restantes. En el caso de este problema concreto, existe sólo un camino hamiltoniano, que pasa por Valencia, Barcelona, Madrid y Zaragoza, en ese orden. Podemos ver a la izquierda el mapa con siete ciudades y 14 vuelos directos utilizados en el experimento real. Por tanto, si pretendiera construir una computadora de ADN capaz de algo que encerrara valor en computación, tendría que recurrir a los instrumentos disponibles. Este instrumental consta, en esencia, de lo siguiente: Ocu- rre que si, en una disolución, una molécula de ADN tropieza con su complementaria, las dos hebras se imbrican, vale decir, las dos hebras se enroscan una alrededor de la otra en la célebre doble hélice. Cuando una molécula de ADN de la disolución se topa con una molécula de ADN que no es complementaria suya ni posee reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos secuencias de complementariedadlas moléculas no se imbrican. Las polimerasas copian información de una molé- cula en otra. Un cebador aporta la señal; iniciador que consiste en un fragmento posiblemente corto de ADN enroscado al molde por comple- mentariedad Watson-Crick. Cada vez que se encuentra una pareja cebador- molde, la polimerasa empieza a añadir bases al cebador, y va creando una copia complementaria del molde. Las ligasas unen molé- culas entre sí. Por ejemplo, la ADN ligasa toma dos hebras de ADN que se encuentran próximas y las une me- diante enlaces covalentes, formando una sola hebra. Con la ADN ligasa la célula restaña las hebras rotas por culpa, entre otros motivos, de una exposición a luz ultravioleta. Se ha sugerido que las enzimas de restricción evolucionaron para de- fender de los virus a las bacterias. Aunque mi computadora de ADN no utilizó enzimas de restricción, éstas sí se emplearon en experimentos posteriores. No le he- mos quitado a la célula este ingenio. El proceso separa, pues, el ADN de acuerdo con su longitud. Para observar el patrón reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos bandas formado en el gel con las moléculas de ADN de diversa longitud nos valemos de reactivos químicos especiales y luz ultravioleta. Podemos ahora manipular secuencias de longitud aproximada Las moléculas se entregan des- hidratadas, en un tubito, y ofrecen el aspecto de un montoncito blanco y amorfo. No parecía probable que ninguno de esos ingenios sirviera para jugar al ajedrez. Pero no se debe olvidar otro hecho importante que los lógicos de los años treinta nos han ense- ñado: Para construir una computadora bastan un método para almacenar información y unas cuantas operaciones simples para actuar sobre ella. Un ordenador electrónico almacena información en forma de secuencias de ceros y unos, y manipula esa información mediante las operaciones disponibles en los microcircuitos de su procesador. Para la com- putación universal, para el cómputo de cualquier cosa susceptible de computarse. Para hacer que nues- tro ordenador realice complementos Watson-Crick, o juegue al ajedrez, sólo se necesita comenzar con la información de entrada correcta, y aplicar la secuencia debida de ope- raciones, es decir, la ejecución de un programa. El ADN constituye una forma magnífica de almacenar infor- mación. A la vista de las lecciones impartidas en los años treinta, estaba seguro de que la respuesta era afirmativa. La tarea siguiente consistía en se- leccionar un problema que resol- ver. Opté por el problema del camino hamiltoniano. El problema que hoy lleva su nombre lo hemos ilustrado en un recuadro particular, al que nos referiremos de continuo. Represente- mos por flechas lados orientados los vuelos directos entre las ciuda- des vértices del mapa grafo. Por ejemplo, se puede volar sin escalas de Barcelona a Madrid, pero no de Madrid a Barcelona. Un itinerario así se denomina camino ha- miltoniano. Valencia, Barcelona, Madrid, Zaragoza. Con mayor generalidad, dado un grafo con lados orientados y vértices inicial y final especificados, se dice que existe un camino hamiltoniano si y solamente si existe un camino que parte del vértice inicialmente fijado, concluye en el vértice final y visita cada vértice una sola vez. El problema del camino hamiltoniano consiste en decidir si, para un grafo cualquiera, con vértices inicial y final especificados, existe o no un camino hamiltoniano. Antes bien, parece verosímil la exis- tencia de grafos de menos de vértices, para los cuales la determi- nación de la existencia o inexistencia de caminos hamiltonianos exigiría cientos de años, incluso utilizando los mejores ordenadores y algoritmos disponibles. El cebador indica a la polimerasa que ha de empezar a sintetizar una secuencia complementaria de la hebra. HALO WARS 2 XBOX ONEUna vez que la polimerasa ha terminado, se escinde la doble hélice en dos hebras, para construir secuencias complementarias de cada mitad. A continuación, mediante electroforesis en gel, se seleccionan de entre éstas las moléculas que tengan secuencias de longitud correcta, que es Conside- remos el algoritmo siguiente: Genérese un conjunto de caminos aleatorios que atraviesen el grafo. Para cada camino del conjunto: Compruébese si el camino parte del vértice inicial y acaba en el vértice final. Si no es así, elimínese el camino del conjunto. Compruébese si el camino visita exactamente n vértices. Para cada vértice, compruébese si ese camino pasa por el vértice. De no ser así, elimínese el camino del conjunto. Si el conjunto no es vacío, se informa que existe un camino hamiltoniano. Si el conjunto es vacío, se informa que no existe camino hamiltoniano. No se trata de un algoritmo per- fecto. Pero si la generación de cami- nos es lo suficientemente aleatoria, y el conjunto generado bastante grande, el algoritmo presenta grandes proba- bilidades de suministrar la respuesta correcta. Este es el algoritmo que he implantado en el primer cómputo por ADN. Seleccioné el mapa de 7 ciudades y 14 vuelos del inserto del recuadro. Los lectores pueden empezar ya Para simplificar aquí la exposición, nos fijaremos en el mapa del recuadro, que contiene sólo cuatro ciudades, Valencia, Barcelona, Madrid y Zara- goza, conectadas por seis vuelos. El problema consiste en determinar la existencia de un camino hamiltoniano que parta de Valencia y concluya en Zaragoza. Empecé asignando a cada ciudad una secuencia arbitraria de ADN. Resulta conveniente imaginar que la primera mitad de la secuencia de ADN es el nombre de pila de la ciudad, y la segunda, el apellido. Así pues, cada ciudad tiene su nombre ADN complementario. Tomé una pizca unas molé- culas de cada una de las distintas secuencias; las introduje en un mismo tubo de ensayo. Para empezar el cómputo, me limité a añadir agua, así como ligasa, sal y otros pocos ingredientes, con que remedar las condiciones del interior de una cé- lula. En total, la disolución utilizada sería del orden de una cincuentava parte de una cucharadita. En cosa de un segundo, tenía en mi mano la solución al problema del camino hamiltoniano. Por tanto, el tubo de ensayo contiene reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos que codifican sendas aleatorias que visitan las distintas ciudades como exigía el primer paso del algoritmo. Esta re- acción bioquímica equivale a un enorme procesamiento en paralelo. Por desgracia, aunque tenía la solu- ción en la mano, había también otros billones de moléculas que codifi- caban caminos no hamiltonianos. Para expurgar las moléculas que no empezaban en la ciudad de partida ni concluían en el destino final, me basé en la reacción en cadena de la polimerasa RCP. Acto seguido, se procede a eliminar las hebras de ADN que no contengan el nombre de Barcelona. El proceso se repite con moléculas sonda que codifiquen el complementario del nombre en ADN de Madrid. Los dos cebadores actuaban concer- tadamente. El primero alertaba a la ADN polimerasa para que copiase complementos de secuencia que tu- vieran la ciudad de partida correcta; el segundo iniciaba la duplicación de moléculas que codificaran la ciudad final correcta. La RCP cursa mediante ciclos térmicos, consistentes en repetidas elevaciones y descensos de la tem- peratura de la mezcla contenida en el tubo de ensayo. Con ello las moléculas que tu- vieran las ciudades iniciales y fina- les correctas se reprodujeron a una tasa exponencial. Las secuencias de ADN sin principio ni final correctos permanecieron sin replicarse. Así pues, una vez com- pleta la RCP, tomando una pequeña cantidad de la mezcla, se obtenía una disolución donde había muchas copias de las moléculas con las ciudades inicial y final correctas, y pocas, o ninguna, que no cumplieran este criterio. Quedaba así efectuado el paso 2a del algoritmo. Recurrí luego a la electroforesis en gel para identificar las moléculas que alcanzaban la longitud correcta en el ejemplo del recuadro ilustrado, una longitud de Con ello se concluía el paso 2b del algoritmo. Suspendí las bolas en el tubo que contenía las moléculas restantes en condiciones que favorecían el em- parejamiento Watson-Crick. Sólo las moléculas que incluyeran el nombre de la ciudad deseada Barcelona se trabarían con las sondas. Elevando la tempe- ratura de la mezcla, las moléculas se desprendían de las sondas, para disolverse de nuevo en el líquido. El líquido, que contenía las hebras de ADN deseadas en el ejemplo, las que determinan rutas que pasan por Barcelonapodía ser vertido en un nuevo tubo para ulterior separación. El proceso fue repetido para las ciudades interme- dias restantes Madrid, en este caso. Con las separaciones de afinidad terminó el paso 2c del algoritmo. Sabía yo que las moléculas que que- dasen en el tubo serían precisamente las que codificasen los caminos de Hamilton. Por tanto, si el tubo con- tenía todavía algo de ADN, se podía concluir que existía en el grafo un camino hamiltoniano; la inexistencia de ADN indicaría que no existía di- cho camino. Tras siete días de laborato- rio, se había llevado a cabo el primer cómputo realizado con ADN. Las computadoras moleculares encierran muchas propiedades atracti- vas. Proporcionan un almacenamiento de información de una densidad ex- cepcional. Aportan un enorme paralelismo. Las supercom- putadoras existentes son, en punto a energía, mucho menos eficientes, pues ejecutan a lo reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos unas operaciones por joule. En muchos departamentos y labo- ratorios se trabaja para sacar partido de estas propiedades. Es cosa por ver. Durante medio siglo, enormes inversiones financieras e intelectuales han convertido a los ordenadores elec- trónicos en las maravillas de nuestra era. Hay muchos otros ejemplos. Debemos centrar nuestra atención en la enormes posibilidades que este campo ofrece y en cultivarlas. Por lo que a mí concierne, me basta saber que la computación con ADN es posible. Tengo fe en que en su interfase esperan grandes hallazgos a quienes allí acudan. Adleman, en Science, vol. Gifford en Scien- ce, vol. Lipton en Science, vol. Semejante declaración provocó la reacción de los científicos involucrados en el Proyecto Genoma Humano, empeño internacional que comenzó en con la esperanza de obtener antes del la secuencia completa. Pero el historial profesional de éste obliga a tomarse en serio su propuesta. En nuestro hombre dejó mudos a sus colegas al publicar la primera secuen- cia completa del ADN de un organismo vivo, el de la bacteria Haemophilus influen- zae, agente de la meningitis y sordera. Lo consiguió gra- cias a la clonación aleatoria del genoma completo. Esa técnica, novedosa entonces, puso en cuestión los esque- mas mentales al uso. A sus 51 años, Venter puede pre- sumir de una vida ajetreada. Siendo funcionario del Instituto Nacional de la Salud NIH a principios de los noventa, se vio envuelto en una disputa en torno a un intento fallido por patentar cien- tos de secuencias genéticas humanas parciales. Venter había descubierto las secuencias parciales, a las que deno- minó porciones de secuencia que se expresan ESTcon una técnica que había desarrollado en su laboratorio del NIH para identificar genes activos en ADN enrevesado. Watson, se opusieron a la idea de patentar las EST, argumentando que se pondría en peligro la cooperación entre los investigadores. Venter abandonó el NIH enal sentirse minusvalorado. No esconde su irritación ante la tardanza de sus colegas en reconocer su propuesta para secuenciar H. El NIH no le concedió fondos para su proyecto. Tras recha- zar varias invitaciones tenta- doras para dirigir empresas de biotecnología, aceptó una subvención de 70 millones de dólares de la HealthCare Investment Corporation para instalar el TIGR, donde con- tinuó su trabajo de secuen- ciación. Ahora, cuando reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos sueña con audaces proyec- tos de investigación, Venter descansa navegando en alta mar con su yate. El método pone en evidencia la exasperante lentitud del Proyecto Genoma Humano. Por delante del pelotón: Collins, director de la sección estadounidense del proyecto, entonces las técnicas de Venter no pueden por sí solas cum- plir este requisito. Collins sostiene que esta propuesta hubiera salido a la luz incluso sin la proclama de Venter. Siempre fue un poco iconoclasta. Las expectativas de entrenarse para los Juegos Olímpicos con el equipo de natación de la Marina se esfuma- ron cuando el presidente Lyndon B. Johnson intensificó las hostilidades en Vietnam. Pero Venter dice que sacó las mejores calificaciones entre Durante cinco días con sus noches, sin pausas, dispensó primeros auxilios a los heridos en uno de los hospitales de Da Nang durante la ofensiva Tet; trabajó también en un orfanato vietnamita. Conocer tan próxima la muerte esté- ril e inocente le movió a interesarse por el Tercer Mundo. Entonces, durante el curso preparatorio para el ingreso en la Universidad de California en San Diego, le entró el gusanillo de la investigación y empezó bioquímica. Conoció a su mujer, Claire M. Tras dejar la administración y trasladarse al TIGR, Venter comenzó una controvertida colaboración con Human Genome Sciences, una com- pañía de biotecnología de Rockville que se proponía explotar las EST para encontrar genes. A lo que Haseltine responde que él renunciaba frecuentemente a los plazos que podría haber exigido. Venter defiende la patente de los genes, diciendo que no constituyen ninguna amenaza para el progreso científico. Las estrechas asociaciones que exis- ten entre el ser humano y la naturaleza se pueden apreciar en las expresiones culturales de la mayoría de las civilizaciones. Las plantas, sobre todo las que presentan ca- racterísticas peculiares, guardan una estrecha vinculación con las pobla- ciones humanas del sur de México. Por su majestuosa apariencia, ha desempeñado un pa- pel muy importante en la historia y cultura local. Esta abundancia y amplia distribución se refleja en los diversos nombres que recibe: No sería el primer caso de ello en la naturaleza. Dentro del género Ficus, J. La técnica en cuestión sintetiza aleatoriamente in vitro segmentos reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos ADN a lo largo de todo el genoma del organismo bajo estudio; la multiplicación de estos fragmentos de ADN se lleva a cabo a través de la reacción en cadena de la polimerasa PCR. Pero, igual que otras técnicas, también los RAPD tienen sus limitaciones. Así, debe evitarse la presencia de fragmentos de Reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos visualizados en una gel que no son claros y que no presen- tan consistencia cuando se repite el experimento. Cada año surgen de ocho a diez millones de casos nuevos, con unos tres millones de muertes al año. En España podrían aparecer cada año entre 30 y 40 casos de tuber- culosis por cada La mitad de tales episodios son con- tagiosos por vía respiratoria. Cada paciente no tratado contagia al año unas nuevas personas. Un 30 por ciento de los casos registrados en nuestro país suelen tener coinfección con el virus del sida, lo que complica la vida y el tratamiento de estos enfermos. Ultimamente ha hecho acto de presencia otro fenómeno preocu- pante. Me refiero a la resistencia desarrollada contra los tratamientos usuales, sobre todo en cepas de M. Al retener la ende- mia tuberculosa, puede ésta hacerse multirresistente y contagiar a otros miembros de la sociedad. Igualmente el abandono de los tratamientos o no cumplimentación por falta de control sanitario impide que algunos enfer- mos sanen definitivamente. Los linfomas son tumores malignos del tejido linfoide. Su conducta varía desde un grado de malignidad bajo poco agresi- vos hasta un alto grado de mayor agresividad. Ese comportamiento biológico depende de factores di- versos, relacionados unos con el tumor y otros con el huésped. El huésped combate la neoplasia con su sistema inmunitario, que en general suele estar comprometido, ya que un clon del mismo se ha hecho tumoral. No obstante, los individuos inmunocompetentes presentan linfo- reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos en menor frecuencia que los inmunodeprimidos. Sus células cambian constantemente de morfo- logía y función. Se acepta que la mayoría de los tipos celulares lin- foides, por distintos factores cuyo mecanismo no acaba de conocerse bien, pueden hacerse tumorales. Las neoplasias formadas intentan remedar las funciones de las células normales. Para detectarlo, se recurre a estudios inmunohistoquímicos con anticuerpos monoclonales. A la hora de buscar la causa de la patogenicidad se señala la activación de ciertos oncogenes, que presentan traslocaciones, o cambios de posición de segmentos génicos, características. Hay, asimismo, una verosímil vincu- lación entre la alteración funcional de los genes supresores p53 y p16 con la aparición de linfomas. En el estudio de un linfoma hay que considerar distintos pasos. Pero no es raro que esta morfología la compartan distin- tos subgrupos tumorales linfoides. A ese conjunto de resultados se denomina inmunofenotipo. Se reconocen dos grandes grupos de linfomas: Esta dife- rencia es importante sobre todo por la conducta post-terapia. El papel del morfólogo en el diag- nóstico es crucial. En principio, la EH se diagnostica por una célula característica en un contexto arqui- tectural. A diferencia de lo observado en otros linfomas de células linfoides B o Reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectosla aplicación de diferentes marcadores no demostró una estirpe definida en el tipo Hodgkin. Sin embargo, ense dispuso de un anticuerpo monoclonal AcMoel primero aislado en Kiel Ki1 ; obtenido del líquido pleural de una paciente con Hodgkin, se aceptó como distintivo. La expresión de Ki1 y un 1. En la ac- tualidad, el linfoma de Hodgkin se diagnostica por morfología e inmu- nofenotipo figura 2. Al someter reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos prueba los dis- tintos LNH con dicho anticuerpo, se descubrió que muchos linfomas de alto grado, sobre todo de natura- leza o estirpe T, podían expresarlo focalmente. La caracterización de este aparente nuevo subtipo de linfoma revestía enorme interés para los morfólogos. Hemos contado con la colaboración de pató- logos de otros centros y, en los casos considerados, se ha caracterizado la morfología óptica, inmunofenotipo, ultraestructura, genotipo, ciclo celular y caracteres clínico-evolutivos. En un primer momento parecía que se podía aceptar lo anteriormente expuesto, es decir, que el LACG era un LNH de alto grado de agresividad. Tal concep- ción se debió probablemente a que se habían incluido casos de linfoma B y T con expresión del antígeno Ki1 al lado de auténticos LACG. Enjunto a la doctora Ageitos, nos concentramos en la información recabada sobre casos de LACG entre enfermos diagnos- ticados de Hodgkin agresivo con mala respuesta a la terapia. Corresponden a los subtipos con escasos linfocitos y abundantes células de Sternberg. Un porcentaje alto debía atribuirse a lo que en ese momento conocíamos como LACG. Esa fase del trabajo nos ayudó a centrar el objeto de la investigación: Estos mar- cadores se denominan de activación histológica, ya que no se ha podido demostrar, a excepción de la IL2, la activación linfoide in vitro. Desde el punto de vista citoge- nético, muchos autores describen la traslocación 2;5 como característica del LACG de naturaleza T. Es un tumor de agresividad intermedia, recidivas y clínica tórpida. No muestra una remisión completa reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos se trata con los protocolos terapéuticos de la EH. Creemos que en estos casos se trata del mismo tumor con mayor diferenciación. Todo este interés tiene por objeto llegar al correcto diagnóstico de este subtipo de tumores, para que los enfermos puedan recibir una terapia adecuada. Ca r men Rivas Manga Dpto. Anatomía Patológica, Fundación Jiménez Díaz. Madrid Tablas Pruténicas Un nuevo examen Desde la Antigüedad los astróno- mos se han propuesto predecir las posiciones de los astros en el cielo. Para lograrlo, necesitaban crear mo- delos predictivos de los movimientos planetarios que estuvieran basados en sus observaciones. En el siglo ii a. Ptolomeo continuó la labor de Hiparco y perfeccionó sus modelos en el siglo ii de nuestra era. Al observar la revolución de los planetas en el cielo, Ptolomeo de- dujo sus períodos de revolución así como las anomalías que presentaban en su periodicidad. En el siglo xii Occidente descubrió las tablas planetarias a través de la traducción del Almagesto. El desarro- llo de la astronomía, estimulado por el interés que los notables sentían por la astrología, suscitó la produc- ción de nuevas tablas astronómicas. El interés que despertaron fue tan grande, que suplantaron a todas las restantes. En Copérnico publicó el De revolutionibus que también contenía unas tablas astronómicas. En esta obra la Tierra deja de ser el centro del universo y es sustituida por el Sol. Copérnico recupera los datos del Almagesto pero modifica el sistema de referencias: Elige observaciones con importancia histórica o que no se alejan en exceso de sus resultados propios. Los tres valores resultan bastante próximos pero pare- cen apuntar a una disminución de la excentricidad: Copérnico sigue siendo prisionero de la astronomía ptolemaica porque confía plenamente en las observacio- nes de sus predecesores. Se desconoce, entonces, la noción de error experimental. El año constituye un hito fundamental en la historia de las tablas planetarias. Aunque Reinhold no parece haber creído en la hipótesis heliocéntrica, invierte siete años de su vida en recalcular, completar y corregir los datos publicados en el De revolutio- nibus. Esta afirmación resultó errónea ya que los errores, que eran mínimos en el momento en el que se calcularon las tablas, crecieron ineludiblemente con el transcurso del tiempo. Para analizar las teorías planetarias antiguas, en este caso las Tablas Pruténicas, se reconstruyen los pro- cedimientos utilizados por sus autores para establecerlas. A continuación, hemos comparado el movimiento de los planetas establecido por Reinhold con el que se desprende de las teorías planetarias modernas, elaborado por el Bureau des Longitudes en los años ochenta, que re- sulta extraordinariamente pre- ciso durante largos intervalos de tiempo: El eje de rotación de la Tierra cambia de dirección a lo largo del tiempo, de tal modo que el punto origen de coordenadas de los astros se desplaza con respecto a las estrellas con una velocidad angular de 50 segun- dos por año: Copérnico estaba convencido de que este movimiento de precesión no era uniforme y le atribuía una va- riación cuyos efectos resultaban perceptibles tras largos períodos de tiempo. Esta corrección degrada periódicamente todas las posiciones de los cuerpos celestes y las divergen- cias entre predicción y observaciones astronómicas empezaron a crecer en la segunda mitad del siglo xvi. ![]() Cuando se comparan los datos obtenidos a partir de las Tablas Pruténicas con los resultados de- rivados de las teorías modernas se constata que el error principal co- metido en lo que se refiere a la posición del Sol en el cielo debido a la corrección errónea de la prece- sión de los equinoccios evoluciona con un período de unos años véase reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos figura 2. Por suerte, estas reglas de prohibicion de emparejamiento de halo 5 en efectos se producen en momentos en los que este planeta no resulta observa- ble desde la Tierra. Se da el caso de que los movimientos de ambos planetas salen bastante bien parados en las Tablas Pruténicas. Estas perturbaciones, cuyo período es de unos años, son la causa de anomalías de gran am- plitud, pero Copérnico tuvo suerte: La adopción de las Tablas Pruténicas por los astrónomos eu- ropeos del siglo xvi contribuyó a legitimar el sistema heliocéntrico al demostrar la calidad de las previ- siones astronómicas de Copérnico. No obstante, cuando se analiza el tema con detalle, se advierte que las previsiones se degradan de forma irresistible y, a veces, con rapidez. Dominaron el panorama hastael año en el que aparecen las Tablas Rudolfinas de Kepler. Las nuevas tablas serían utilizadas a lo largo de casi todo el siglo xvii. Denis Savoie Observatorio de París. Cultivo de la vida Puede que las células madre hagan realidad la regeneración tisular Muchas enfermedades mortales su- ponen la degeneración irrever- sible de células y de tejidos impor- tantes. Durante muchos años los investigadores han soñado con culti- var en el laboratorio células humanas que pudieran colonizar y regenerar el tejido defectuoso. Pero la biología no ayudaba. Descubrimientos recientes apuntan a una solución. Estas células tienen la característica de que, si se implantan en el tipo apropiado de tejido, regeneran la es- tirpe de células que suele encontrarse allí. Se han descubierto células madre en los sistemas nervioso, muscular, 2. Reinhold, en sus Tablas Pruténicas, proporcionaba los medios para cal- cular la posición de los astros con una antelación de varios centenares de años. Para evaluar la precisión de estas predicciones, el autor ha compa- rado las posiciones calculadas con estas tablas con las que se desprenden de los modelos astronómicos actuales. Si las previsiones de Reinhold hubieran sido correctas, la diferencia sería nula. Se constata que los errores relativos a la posición del Sol izquierda y a la de Saturno derecha son periódicos. Las mediciones realizadas por Ptolomeo, en el siglo II, por al-Battani, en el siglo IX y por Copérnico en resultan coherentes ya que Copérnico se esforzó para adaptar su modelo a estas observaciones. Weissman, de la Uni- versidad de Stanford, descubrió en un tipo de célula madre humana que se encuentra en la médula ósea y que da lugar a la gama completa de células sanguíneas. Pero ha sido una sorpresa averiguar que existen células madre en órga- nos como el cerebro, donde pueden originar los tres tipos celulares co- munes, astrocitos, oligodendrocitos y neuronas. En palabras de Ronald D. Una forma de aprovechar- las sería, pues, extraerlas de muestras de tejido de los pacientes o de otros donantes y luego multiplicarlas en el laboratorio, posibilidad que es estudiada por varias empresas. Las células tomadas de un donante producirían también toleran- cia a las restantes células del mismo por parte del sistema inmunitario del paciente, lo que augura el futuro papel que pudieran desempeñar en la prevención del rechazo de tras- plantes. Weissman creó la compañía, StemCells, Inc. Ahora bien, las células madre es- pecíficas de tejido en crecimiento, ya procedan de donantes o de pacientes, tienen un inconveniente muy pre- ocupante, como expone Thomas B. Okarma, de Geron en Menlo Park, California. Con cada división se acortan ligeramente las estructuras del final de los cromo- somas conocidas como telómeros. Esta es la razón de que trabaje en la obtención de células madre y otros tipos de células específicas de tejido de una fuente diferente:
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